LA CURACIÓN DEL CÁNCER

Probablemente lo primero que habría que precisar es a qué llamamos curación. A priori sería la desaparición por completo de la situación de enfermedad. Dicho así, queda bien claro. Sin embargo, ¿hablamos de curación en aquellas situaciones en la que se precisa de cambios en los hábitos, de una dieta o tratamiento para que la enfermedad no vuelva a aparecer? ¿Consideramos correcto hablar de curación cuando han quedado secuelas? Si existen posibilidades de recaída, ¿podemos continuar hablando de curación aunque dichas posibilidades sean pequeñas?, ¿Cuánto tiempo debe pasar para considerar que un paciente se ha curado? Si la posibilidad de la curación depende de una analítica o de alguna otra prueba, ¿Existen pruebas que con seguridad alta nos aseguren la completa eliminación de la enfermedad?

Además de los matices anteriormente citados, el concepto o el deseo de curación son diferentes dependiendo de la enfermedad de la que estemos hablando. Así, en otras enfermedades (no oncológicas) el concepto de curación puede no entrañar tanto interés para el paciente. En este sentido, es probable que el tener un colesterol o una tensión arterial elevados, aunque ello obligue de por vida a cambios dietéticos o incluso a tomar medicación, despierte menos interés por la curación que si hablamos de un cáncer.

En la medicina actual se han desarrollado medidas diagnósticas y terapéuticas muy eficaces. Sin embargo, sólo en un pequeño porcentaje de los procesos podemos hablar de curación si aplicamos el concepto más estricto.

Es por lo que, ante la imposibilidad de hablar de ella, se aplican conceptos de «probabilidad de supervivencia»; dicho de otra manera, qué posibilidades hay de estar vivo transcurrido un año, cinco años o diez años.

Unido a todo esto cada paciente percibe de una forma diferente la curación. ¿Cuándo me preguntan por la misma? Lo primero, es devolverles la pregunta ¿Qué entiendes por curación? Las respuestas van desde los más exigentes, que piden la seguridad de que su tumor quitado y tratado no va a volver a salir, a los menos exigentes que se conforman con poder vivir sin que la enfermedad tratada les cause problemas.

¿Dónde estas tu?

Juan de la Haba

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