INMACULADA DE JULIÁN
Esto parece sencillo, pero no lo es. Cuando me diagnosticaron cáncer de ovario fue todo como SI pero No…. pero mire y vi a toda mi familia, a mis compañer@s de trabajo que me tendieron sus brazos y me animaron y dije, pues aquí hay que darlo todo. Me costó asumir que no sólo se cayera una vez, si no dos. La primera vez ya tenía encargada la peluca y salí de la pelu con ella puesta, pero ver a mi hija y mi marido cuando me estaban rapando, y a mi misma…. ¡Anda si no estás fea, te ves muy guapa!…. Fue un subidon.
Lo más importante para mí era mi nieto, con tres añitos. ¿Qué diría el cuando me viera? Intentaba siempre que lo veía tener la peluca, hasta que un día «me pillo.. jaja» Tenía la peluca puesta en la «cabeza de corcho», y yo tenía un pañuelo y me dice.. ¡¡¡abueli tus peeeeelos!!! Y que hacer ante eso, pues reír…. Ver y sentir esa naturalidad me hizo más fuerte!!!
Inmaculada de Julián.
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