ELISA RUZ

Pues como a todas y cada una de nosotras esto me cayo como un jarro de agua fría, lo que tendría que haber sido una revisión por un bultito que me había notado en el confinamiento , se convirtió en un cáncer de mama izquierda con mastectomia radical porque habían encontrado tres tumores malignos. Ahora las típicas dudas que te invaden ¿Y ahora que pasara ? ¿mis niños que harán sin madre? Mi mayor preocupación eran ellos. Tengo dos hijos de 11 y 4 años, y me preguntaba que dirían cuando vieran a su mama sin pecho, porque sobre todo, el chiquitín estaba acostumbrado a dormirse con las manos en las tetillas, ¿ y ahora que?, ¿le daría cosilla?, ¿cómo me miraría ?, ¿y mi marido? Pues nada, después del bajón tenia que venir el subidón, se asume y manos a la obra. Vamos a empezar a concienciar a los peques y a ti misma. Todos los días entre bromas le decía, cariño mamá se va a quedar sin tetilla porque se le a puesto malita, un día y otro y otro hasta que llego el gran día, y cuando llegue a casa todo tan normal ¿Mamá te duele ?,¿estas bien? Solo me miraba y no dejaba de preguntar y de decirme, «mamá, cúrate pronto ¿vale?, y ahora todo es normal, no hay teta y no pasa nada.

Mi mayor es muy reservada y le cuesta mucho expresarse, pero poco a poco ya lo ha entendido todo. También es verdad que yo nunca en ningún momento estoy triste, a todo le saco un lado bonito y soy yo la que le transmito a ellos mi alegría por la vida y eso ayuda muchísimo. También reconocer que tengo a mi marido al pie del cañón, es mi apoyo incondicional en todo y nunca me falla.Siempre esta mimándome y pendiente de los niños.

Ahora otro jarro de agua fría, la hora de los tratamientos. A mi en ningún momento me hablaron de quimio, solo radio, pero bueno, después del chasco otra vez a sacarle un lado positivo: «solo son 4 y es lo mejor para ti». Pues para adelante siempre y otra vez al llegar a casa a concienciar a los peques  entre risas y juegos: «mamá se va a quedar calvita un día y otro»,  hasta que llegó el día de la primera y antes de la segunda quimio, el pelo se caía a manojos. No voy a decir que ha sido un cambio de rosas porque seria mentira, pero bueno, una semanilla mala y luego otra vez en forma.

La sensación de la caída del pelo es horrorosa y no quería ni verme así yo ni que mis hijos no pudiesen ni tocarme el pelo, así que a raparse. Ese día, la verdad que fue muy emotivo y nunca lo olvidare. Yo lloraba por cortarme el pelo más de la cuenta,  ¿cómo podría soportar estar calva? Pues si, y no paso nada. Lloramos los 4 y mi pequeño le decía a su padre que fuese a la farmacia a comprar unas pastillas para que a mama le creciera el pelo, y a Papa Noel que me trajera pelo para que su mama no llorase, y no, no llore. Respire hondo, me seque las lagrimas y me mire al espejo, y cual era mi sorpresa, todos llorando y yo me veía preciosa. Al cabo de 10 minutos todos me veían como yo me veía, preciosa y con muchas ganas de vivir . Mi mayor fue quien peor lo paso. Fue ella quien quiso raparme y yo la deje. Luego todo era: mama eres preciosa y la mujer mas fuerte que conozco, y eso para mi es lo mas importante en la vida, que ellos se sientan bien. Yo con eso estoy genial. Vamos, de pensar que nunca estaría sin gorro o pañuelo, solo me lo pongo para salir a la calle. En casa estoy sin nada y todo tan normal, y ellos te hacen sentir la mujer más bonita del mundo entero. Aun me quedan sesiones de quimio y no se cuantas de radio, pero mientras tenga fuerzas seguiré con las mismas ganas de vivir porque la vida es preciosa y es para disfrutarla al máximo.

Esta enfermedad te hace darte cuenta de que tenias las preferencias equivocadas. Por suerte yo tengo una gran familia y estamos siempre apoyándonos unos a otros, pero mi pensamiento es que nada es imposible, y que esta maldita enfermedad cada vez esta más presente en nuestras vidas y seguiremos luchando para vencerla.

Un beso a todos y espero que os este transmitiendo mis ganas de luchar y seguir adelante.

Elisa Ruz.